No pido mucho, no te pido grandes gestos, ni grandes sonrisas, no te pido mucho tiempo, ni tampoco palabras armadas ni libretos de películas, tampoco que sepas mi nombre y mi proscedencia de memoria, ni gracias interminables, ni caras únicas, ni miles de abrazos... Te pido un abrazo, una sonrisa, un segundo de tu vida y mi felicidad eterna.
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